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Le guerra de sucessión

Cours : Le guerra de sucessión. Recherche parmi 298 000+ dissertations

Par   •  1 Avril 2023  •  Cours  •  5 377 Mots (22 Pages)  •  307 Vues

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2- CRISIS DE LA MONARQUÍA BORBÓNICA. LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA (1808-1814) Y LOS COMIENZOS DE LA REVOLUCIÓN LIBERAL. LA CONSTITUCIÓN DE 1812

Durante el gobierno de Carlos III (1759-1788) se empezó a aplicar en España, al igual que en otros estados europeos, una nueva concepción política conocida como Despotismo Ilustrado, en la que se mezclaba los principios del absolutismo con algunas ideas filosóficas de la Ilustración. El monarca era concebido como un benefactor de su pueblo, en sentido paternalista, y era el responsable de impulsar las reformas necesarias para alcanzar el progreso, siempre guiado por la razón. Con la política se pretendía beneficiar al país, pero sin contar con la participación de los ciudadanos. (Todo para el pueblo, pero sin el pueblo).  Carlos III situó en el gobierno a ministros ilustrados que emprendieron amplias reformas, fundamentalmente en el terreno económico, agrícola e industrial, con el objetivo principal de fortalecer el Estado, pero fueron incapaces de impulsar una modernización real del país. A pesar de sus esfuerzos y planes modernizadores los gobernantes ilustrados no fueron revolucionarios y aunque llegaron a criticar los efectos negativos de la sociedad estamental, no llegaron a provocar cambios significativos en el conjunto de la sociedad por lo que el sistema del Antiguo Régimen se mantuvo en pie. Fue la Revolución Francesa de 1789 el punto de partida de un proceso que abrió paso al liberalismo político, el capitalismo y a la sociedad de clases, y que terminó conduciendo a la caída del Antiguo Régimen en Europa. La revolución fue extendida por el continente por los ejércitos de Napoleón, que controlaba el poder en Francia desde 1799, año en que se convirtió en Primer Cónsul. Los ejércitos napoleónicos invadieron España en 1808. Durante la guerra contra los franceses, la conocida como Guerra de Independencia, los ideales liberales experimentaron un fuerte avance en España culminando en las Cortes de Cádiz y la proclamación de la primera Constitución española en 1812

La derrota de Napoleón ante las potencias absolutistas europeas supuso la restauración del viejo orden. En España, el encargado de volver al absolutismo monárquico fue Fernando VII (1814-1833). Durante su reinado la lucha entre absolutistas y liberales fue constante, resolviéndose el conflicto finalmente a favor de los últimos tras la muerte del rey, a lo largo del reinado de su hija Isabel II (1833-1868).

I.- LA CRISIS DEL REINADO DE CARLOS IV (1788-1808)

En 1788, a la muerte de Carlos III accedió al trono su hijo Carlos IV e inmediatamente se vio desbordado por la compleja situación creada por la Revolución francesa (1789). El miedo a la expansión revolucionaria paralizó todas las reformas iniciadas por el despotismo ilustrado de Carlos III.

Carlos IV apartó del gobierno a los ministros ilustrados (Floridablanca, Jovellanos…) y confió el poder a Manuel Godoy, que contaba con el apoyo protector de la reina Mª Luisa de Parma. Las Cortes fueron disueltas, ante el temor de que ocurriera lo mismo que en Francia, se prohibió por ley la entrada de propaganda y obras “peligrosas” extranjeras y se estableció una rígida censura para evitar el contagio de las ideas revolucionarias. La ejecución del rey de Francia, Luis XVI (primo del monarca español Carlos IV), por los revolucionarios franceses en 1793 condujo a Carlos IV en coalición con otras monarquías absolutas, a declarar la guerra a la República Francesa[1], El conflicto fue desastroso para España. Francia ocupó numerosas plazas en los Pirineos y en América. La guerra finalizó con el acuerdo de paz de Basilea en 1795. A partir  de ese momento la política española buscó pactar con Francia para evitar el enfrentamiento

En 1796 Francia y España firmaron el Segundo Tratado de San Ildefonso, por el que acordaban mantener una política militar conjunta frente a su enemigo común, Inglaterra. La flota española acabaría siendo derrotada por la inglesa frente al cabo San Vicente en 1797 lo que provocaría el hundimiento del comercio colonial español

En 1800 un nuevo acercamiento entre España y la Francia de Napoleón (que había llegado al poder a finales de 1799) quedó establecido por el Tercer Tratado de San Ildefonso, a través del cual ambos países fortalecían sus vínculos. En este contexto de acercamiento volvieron a firmar un acuerdo en Madrid en 1801, por el que se comprometían a presionar a Portugal para que abandonase su alianza con Inglaterra. Por este tratado Manuel Godoy emprendía una guerra contra Portugal, la llamada Guerra de las Naranjas.

La adhesión de España a la política napoleónica llevó a un nuevo enfrentamiento con Inglaterra y a la destrucción de la marina española en 1805 en la batalla de Trafalgar. La derrota de la flota franco-española en Trafalgar marcó el despegue decisivo del imperialismo británico del siglo XIX mientras que para España simbolizó el principio del fin. A partir de ese momento quedó prácticamente interrumpido el contacto con América, afectando al comercio español de ultramar y consecuentemente a la producción industrial. La pérdida del mercado colonial, la mala situación financiera de la Corona, las guerras y la expansión del hambre dieron lugar al aumento progresivo del descontento entre la población.

I.1.- El tratado de Fontainebleau y el motín de Aranjuez

Cuando la armada española fue derrotada por la británica en Trafalgar (1805) el Emperador se planteó la incorporación de España a sus proyectos imperiales. Aquella derrota hizo perder a Napoleón el deseo de mantener una relación equilibrada con España pues, sin barcos, de nada podía servirle ya para hacer frente al poderío naval inglés Así, con la excusa de conquistar Portugal, aliada de Inglaterra, Napoleón logra que Godoy firme el Tratado de Fontainebleau (1807) por el que se permitía a las tropas francesas atravesar España. En caso de éxito Portugal quedaría dividido en tres zonas de las cuales le correspondía a Godoy la del sur, con soberanía hereditaria y título de Príncipe de los Algarves. En pocas semanas la presencia de soldados franceses en territorio español fue en aumento. En realidad, esas tropas tenían como misión, además de conquistar Portugal, apoderarse de España.

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