La Cohabitation En Espagne

UNA CONVIVENCIA ORIGINAL EN ESPAÑA

En su definición más amplia, la convivencia es la acción de coexistir juntos. La convivencia es fructífera cuando unos grupos de humanos viven de manera pacífica y tolerante en el mismo lugar.

Anteriormente, en España, teníamos un ejemplo de convivencia los unos con los otros a través de unos aspectos culturales y religiosos distintos. Al-Ándalus es el nombre del estado musulmán que se implantó en España tras la invasión por los árabes en la Edad Media. En aquellos tiempos y hasta 1492, los musulmanes, mozárabes y judíos coexistían en la Península. Esta población muy heterogénea vivía bajo dos realidades políticas y religiosas sin que unos se sometieran a otros.

Córdoba era una de las ciudades españolas que reflejaba esta tolerancia religiosa a través de una coexistencia de lugares simbólicos diferentes: la Judería, la mezquita y la catedral. La escritora María Isabel Molina confirma esta tolerancia religiosa en su novela El Señor del Cero. En efecto, la escritora describe una escena en la escuela del Califa. En esta escuela estudiaban los musulmanes que eran mayoría pero también los judíos y cristianos. Cada alumno podía vivir con respecto a su religión.

Podemos afirmar que cuando unos extranjeros conviven con tolerancia, la mezcla de las diferencias es positiva porque favorece las riquezas no solamente para las ciudades a través por ejemplo de una arquitectura diversificada, sino también para los pueblos que pueden vivir las ventajas del multiculturalismo.

Esta convivencia ejemplar se acabó en 1492 con la rendición de Granada que corresponde al final de la reconquista de la Península por los Reyes Católicos y el fin de la presencia de los moros.

La convivencia en la península ibérica contemporánea seguía existiendo. En efecto, se podía encontrar en España unos lugares sinónimos de convivencia al principio del siglo XX. En su novela Travesuras de la niña mala, el escritor Mario Vargas Llosa sugiere esta coexistencia de razas, tradiciones y lenguas. En el barrio Lavapiés se podía encontrar a varios extranjeros. Los chinos, los marroquíes, los hindúes y otros extranjeros que procedían de América del Sur vivían juntos a través de sus propias tradiciones y actividades.

Sin embargo, los españoles de cepa se oponían a esta diversidad. En efecto, las familias españolas aceptaban esta presencia pero querían conservar sus propios modos de vida. En cierto modo, los españoles rechazaban a estos inmigrantes en su país.

En definitiva, España ha demostrado su capacidad para mezclar diferentes grupos humanos con características diferentes y que comparten un mismo espacio. Pero, la convivencia a veces resulta difícil y España como otros países europeos cosmopolitas no está al margen de casos de discriminación. ●

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